La violencia de género y las explicaciones “unidimensionales”.


Hace unos meses, cuando España presidia la Unión Europea, el Delegado del Gobierno contra la violencia de género afirmó que la creación del Ministerio de Igualdad (al que estaba entonces adscrito) había sido la causa del descenso de los asesinatos de pareja en España. Avalaba esta afirmación con la siguiente estadística: en 2008 se crea el mencionado ministerio y en 2009 el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas descendió de 76 a 56 (datos del Ministerio de Sanidad, 2010). Naturalmente que quería decir que la acción decidida del Gobierno y la sociedad era capar de reducir esta tasa de criminalidad en España. ¿Qué explica que este año la tasa haya aumentado de nuevo hasta situarse en 71 asesinadas?, no lo sabemos pero a uno se le ocurre crear un ministerio como aquel cada año para que no vuelva a pasar.
Hoy nos levantamos con una opinión nueva acerca de este tema. Según el Instituto de Política Familiar, tal y como lo ha recordado el obispo de Alcalá de Henares, la violencia de género (especialmente el femicidio) es mucho menos frecuente, 12 veces menos, en los matrimonios que en las parejas de hecho. Se apoya en unos datos estadisticos tambien ya que en dicho estudio se ha concluido que «por cada homicidio que se lleva a cabo en un matrimonio, se producen más de 12 en las relaciones no conyugales». Conclusión que se deduce, y petición del obispo, que el gobierno desarrolle políticas de promoción del matrimonio y así se reduciría este tipo de violencia.
Ambas opiniones, respetables, son parcialmente verdad pero insuficientes (muy insuficientes) como explicaciones de las razones que llevan a los asesinos de sus parejas a realizar estos actos criminales y, sobre todo no sirven para actuar con eficacia. No podemos crear cada año un nuevo ministerio de igualdad ni obligar a todas las parejas que se casen por el rito católico. Y, si pudiésemos creo que, tampoco se eliminaría este fenómeno violento. Las explicaciones unidimensionales no sirven para descubrir las causas de los femicidios. No son las actitudes machistas de los asesinos, o ser pareja de hecho, o no tener leyes o recursos para evitar la violencia de género, o los celos, o el sentimiento de posesión de la mujer, o el consumo de alcohol, o la dependencia afectiva de las mujeres, o la tolerancia social hacia el maltrato a las mujeres, o la discriminación de la mujer, etc… las causas del acto violento contra la pareja entendidas como únicas y exclusivas. Las razones, antes expuestas de forma yuxtapuesta, de cada uno de los asesinatos suele ser una combinación particular de aquellos factores de riesgo y otros más no citados (trastorno afectivo, ausencia de red social de apoyo, acceso a armas, separaciones, etc…) que llevan a un hombre a decidir acabar con la vida de su pareja (o a intentarlo) generalmente en situaciones de grave conflicto afectivo y personal con la misma.
Las causas de cualquier acto intencionado, y el femicidio casi siempre lo es, son múltiples y si bien es cierto que algunas son muy frecuentes y comunes a todos los maltratadores (actitudes machistas, celos, consumo de alcohol,..) también es cierto que éstas se combinan y cristalizan de una forma particular que antecede al crimen;  esta situación es la que hemos de identificar (o mejor que el agresor sepa hacerlo para controlarla) para poder evitarla. Siempre un fenómeno complejo se resiste a una explicación sencilla y discutir sobre cuál es la razón más destacada, única y más importante, es terreno abonado para los argumentos ideológicos y políticos, que solo sirve para los periodistas y los tertulianos pero no para los profesionales que actúan en el día a día de la lucha contra la violencia de género. Sumar la política de aumentar los matrimonios a la creación de nuevos ministerios no sería muy eficaz porque,como los datos indican, ambos factores contribuyen algo, pero muy poco o poquísimo al conjunto de causas determinantes de este tipo de delito.